Blogia

zumodenaranja

Una noche de invierno

Una noche de invierno

Camino por la calle, tranquilo, a lo mío. Me meto en el bar de siempre, he quedado con toda la troupe. Veo que todavía no han llegado. Me doy una vuelta por el local buscando una mesa vacía en la que esperar pacientemente. Encuentro una en un rincón y dejo las cosas. Voy a pedirme el primer cubata. Me siento. Enciendo un cigarro y espero. Mientras espero se van sucediendo las personas que me preguntan si las sillas que tengo a mi al rededor están ocupadas. Les pongo cara de circunstancias y asiento. - ¿Todas?- me pregunta cada uno/a. Empiezo a creer que, no se por qué extraña razón, la imagen de verme a mi sentado en una mesa de un bar sólo, fumando y bebiendo una copa es algo normal, algo lógico. Me veo como el típico cuarentón divorciao que es carne de barra de bar. Las arrugas en mi frente se empizan a apreciar cada vez con más claridad. Espero y sigo fumando preguntándome dónde coño están, qué coño hago sentado sólo en una mesa y jurándome que es la última vez que seré puntual. Llega el primero:

- ¡Joder!, ¿sí que llegas pronto, no? ¿Hace cuánto que has llegado?

Prefiero no contestar, le señalo lo que me he bebido de cubata para darle a entender que llevo aproximadamente una media hora sentado. El alcohol empieza a afectarme y el cabreo se va viendo substituido por una extraña y lejana sensación de euforia. En dos minutos llegan unos cuantos más (nunca he entendido el extraño fenómeno por el que si eres puntual la gente llega tarde. Pero eso sí, en cuanto llega uno, a los dos minutos empiezan a llegar los demás. Como si lo hubieran pactado previamente). Empiezan a hablar de temas varios: cotilleos, tías, música, promos y más temas....les oigo de lejos. Como cuando estaba en la calle, sigo a lo mío. Pienso en que he dejado en casa una conversación pendiente con una amiga que no esta pasando un buen momento por estar sentado en un bar en el que sigo sólo. Llegan ellas, han llegado juntas. El alcohol me está empezando a invadir y, por fin, empiezo a socializarme un poco. Risas, comentarios vacíos. Más risas, miradas cómplices y puñales sarcásticos e irónicos van sobrevolando la mesa entre botellas ya vacías. Llega el momento de irnos, la camarera nos está echando escoba en mano y estamos, un fin de semana más, decidiendo quien va a la discoteca de siempre y quien se quiere ir a dormir. Esta vez yo soy de los que van a seguir la noche hasta perderla de vista. Quiero animar a la amiga que dejé pendiente en casa y me dijo antes que iba a ir también a la discoteca.

Llegamos a la discoteca. Sé que he llegado bastante tarde y tengo la sensación de haberle fallado. Después de dar unas cuantas vueltas por la sala me doy cuenta de que ya no está y vuelvo a tener la sensación de que le he fallado. Engaño mi conciencia con otra copa más y dejándome llevar por el ritmo y el vaivén de la música y la gente. Esta noche no me apetece ligar, como muchas otras noches últimamente. Sólo estar conmigo mismo y dejar que acabe saliendo el sol para volver a mi madriguera. Mañana será otro día y espero yo también ser otro...

Trapos sucios en la cocina

Trapos sucios en la cocina

Tengo llas pupilas clabadas en la pared. Es extraño, no se mueven. Por más que le digo a mi cerebro que le diga a mis ojos que se muevan no lo consigo. Consigo distinguir un reguero de algo de un rojo oscuro que está llegando hasta la puerta. ¿Cuantas veces me habrá empujado contra esa puerta? Me duele todo. Me duele cada uno de los golpes que me ha dado ese cabrón. Me duele la humillación de verme así por su culpa. ¿Cómo he llegado hasta este punto? ¿Cómo pude estar enamorada alguna vez de él? ¿Cómo pudo él cambiar tanto? Sé que todavía debe de estar rondando por aquí. Por fin me creerán. Ahora tiene las manos manchadas y esta vez no se va a librar.

Noto que vienes y no quiero que me veas así. No, así no. Un hijo no debería ver nunca así a su madre. No consigo moverme. Tendría que limpiarme y tendría que limpiar todo esto. No puedes ver la cocina así.

Tengo frío, cada vez más frío. Ahí estás, por fin has llegado. ¿Por qué has venido? No me tenías que ver así, tirada en el suelo. Por favor, no mires, no llores. Lo que ves no es sangre hijo mío. Es mi amor por ti que ahora se me escapa por el pecho. ¿Qué va a ser ahora de ti? No estaré para levantarte y ver tus sonrisas todas las mañanas. No estaré para cuidarte. No estaré para quererte. No llores por favor. ¿Por qué tienes que estar en medio de todo esto? Vete de aquí, rehaz tu vida, olvíida esta imagen. Olvída a tu padre, olvídame a mi si te hace falta para ser feliz. Solo quiero que seas feliz. Solo quiero que te dejen vivir.

¿Quién más se acerca? ¡No quiero que nadie más me vea! Ah, es tu amigo. Cuida de mi niño por favor. No dejes que ese cabrón se lo lleve consigo. Recuérdale cada día lo mucho que le he querido. Te pido que le apoyes, tu que siempre le has entendido bien, ahora que le vendrán momentos bajos y de dudas.

Ahora me voy, no quiero irme pero cada vez os veo más lejos. Ya está, ya no estoy.

Sagitario

Sagitario

Esto es lo qque se supone que soy como sagitario, ¿qué opinais?:

"En el desarrollo de la capacidad ofensivo-defensiva de la humanidad, el Arquero, que así se llama también al Sagitario, constituyó el progreso armamentístico más importante de toda la historia, incluida la actual. El hecho de poder matar a los competidores y a los enemigos sin sufrir un rasguño, acabó de marcar nuestra vida y nuestra historia. Está claro, pues, que los antiguos astrólogos al proyectar al arquero en el cielo, estaban pensando en esa casi orgullosa seguridad que da el estar en clara ventaja; en las maneras parsimoniosas, cuidadosas, para alcanzar el objetivo final: dar en el blanco; en el buscar los mejores resultados arriesgando el mínimo; en la extremada prudencia; en el predominio de la habilidad y del cálculo sobre la fuerza; en la fuerza bien medida; en la poca inclinación a arriesgar; en la huida sistemática del cuerpo a cuerpo; en los aires un tanto elitistas; en la forma de estar en la vida y de relacionarse con las personas, que de todo ello se derivan".

"Piensa que aunque no te sientas segur@ , tu valor está asegurado y los que están cerca de ti lo saben. No sólo eso, la fuerza de tu espíritu semioculta tras tu aspecto discreto y modesto, ejerce sobre ell@s una especial atracción. Aprovecha el viento que sopla en la dirección en que quieres disparar tus flechas y sobre todo vigila las rachas que pueden volverlas contra ti.Quienes te ven como un/a Sagitario asumen las virtudes y los vicios en que te sumergió la madre Tierra al hacerte nacer en el cielo de Sagitario. Cuentan con tu astucia y con tu cautela; con tu fuerza oculta tras la timidez."

La casita de la pradera abandonada

La casita de la pradera abandonada

Yo: ¡Ey! ¡Hola! Tengo una noticia y una propuesta. He encontrado una casa en valldoreix, y repito, es una casa en valldoreix por 750 euros al mes. Son 90 m cuadrados con ciento y pico mas de jardín, un lavabo, tres habitaciones. Es una casa de puta madre!! Necesito gente pa ir a vivir allí, ¿qué me dices?

Persona x: Joder está guay no? Ey, me encantaría ir en serio pero es que el año que viene quiero estudiar, trabajaré menos y no me lo podré permitir, pero de verdad que me gustaría mucho.

------------------------------------------------------------------------------------------

Yo: ¡Ey! ¡Hola! Tengo una noticia y una propuesta. He encontrado una casa en valldoreix, y repito, es una casa en valldoreix por 750 euros al mes. Son 90 m cuadrados con ciento y pico mas de jardín, un lavabo, tres habitaciones. Es una casa de puta madre!! Necesito gente pa ir a vivir allí, ¿qué me dices?

Persona Y: Ole tio! Pasa que ahora no tengo un duro, además el año que viene quiero estudiar y no me lo puedo permitir todo...

---------------------------------------------------------------------------------------------

Yo: ¡Ey! ¡Hola! Tengo una noticia y una propuesta. He encontrado una casa en valldoreix, y repito, es una casa en valldoreix por 750 euros al mes. Son 90 m cuadrados con ciento y pico mas de jardín, un lavabo, tres habitaciones. Es una casa de puta madre!! Necesito gente pa ir a vivir allí, ¿qué me dices?

Persona Z: ¿Sí? Ostia que de puta madre!!! Si me lo hubieras dicho hace dos semanas te decía que sí fijo pasa que he decidido que el año que viene me voy a estudiar y trabajar a argentina, que pena que no me lo hayas dicho antes, ¿verdad?

(etc, etc, etc, etc, etc)
----------------------------------------------------------------------------------------------

Así me gusta, que vivamos en un país de gente que cultiva su futuro. La pena es que para hacerlo tengan que vivir a costa de sus padres, cosa que no es culpa de ellos ni de nadie, solo del sistema y las comodidades que nos ha proporcionado.

Cronología de un sueño anunciado.

Cronología de un sueño anunciado.

!5:00 Me cabeza se rinde, no puede más. Se balancea como un tentetieso, solo que no se acaba de tener tiesa. Ultimamente no duermo nada bien y lo estoy acusando justo ahora, cuando queda una hora para salir del trabajo. Hay momentos en que el ratón se me va hacia delante y el resto de mi cuerpo le sigue, ya sin fuerzas. Es el momento de sacar la estrategia anti-resacas-en-el-trabajo. Me pongo de pie y aparto la silla todo lo que puedo y mas. No puedo estar atendiendo las llamadas sentado. Sentado igual a dormido. El siguiente paso es, manteniendo la postura, sacar un tema de conversación tras otro con los compañeros para matar el rato hasta que llegue la hora. No hablar igual a aburrirse estando de pie, aburrirse igual a sentarse, sentarse igual a dormir.

16:00 Por fin, se acabó. Me voy. la idea de ir a dormir es realmente tentadora pero he quedado con lokura para ir a hacer todo un señor reportaje fotográfico a la playa. Hace mucho que mis pies no pisan la arenita fina y me apetece pasar una tarde tranquila con el ir y venir de las olas del mar como fondo.

16:20 Llego a su casa. Me saluda enfundada en un cómodo camisón diciendome que se acaba de levantar y que tiene ropa por tender. Aisss, si es que es un desastre y precisamente eso es lo que me gusta de ella. Bendita cruz me ha tocado. Me rindo en su sofá ante la evidencia de que habrá que esperar para irse. Aprovecharé para dormir un ratillo, quiero dormir, solo pienso en dormir. Habla compulsivamente como siempre y intento poner lógica y reordenar cada una de las historias que me cuenta, pero hoy no puedo. Necesito dormir. ¡¡Quiero dormir!!

16:45 lokura sigue hablandome de sus épocas mas radicales mientras yo empiezo a verme en otro mundo donde solo veo camas y almohadas que me saludan y me invitan a descansar sobre ellas.

17:00 lokura , harta ya de ver que no le contesto más que con monosílabos, me ordena que le tienda la ropa mientras ella se ducha y se viste "que sino ya no habrá sol, que se nos ha hecho tarde". No soy capaz de decirle que no, como siempre. Esque lo manda todo con una sonrisa de niña pequeña a la que uno no se puede resistir. Pienso en como sería yo con una sonrisa similar a la suya mientras distingo ropa interior de exterior y intento que las sábanas no se me caigan por el tendedero. Sale de la ducha y nos vamos.

17:45 Cogemos el coche. Hoy está un poco más punky de lo normal. Me recrimina que no haga mis deberes como fotógrafo y me sienta exageradamente mal. Lo nota, deja el tema para otra ocasión. Conducimos hacia mi casa en Barcelona para coger la cámara con los objetivos. Justo en el momento en que tengo que coger el desvío hacia mi casa, me despisto hablando con ella y me encuentro en plena ronda litoral sin posibilidades de dar marcha atrás. Estoy realmente dormido. Ella se desilusiona, iremos a la playa pero no a hacer fotos. .

18:15 Tenemos el mar a nuestros pies. Hacía mucho que no lo veía. A veces las cosas que tienes más a la vista son las que menos aprecias. Me fascina el mar. Su grandiosidad, el sonido que salpica mis oídos, el aire húmedo...Nos sentamos al lado de un hombre que está solo. Lokura, sociable casi enfermiza como es, se pone a hablar con él. Yo, por estar a la altura me presento. Es un tipo agradable. Toco la guitarra que traía en el coche. Ellos hablan. Voy prestando atención a la conversación intermitentemente. Parece de esas personas que esconden un mundo entero dentro suyo si las conoces solo un poquito. Definitivamente un tipo agradable. Al cabo de un rato decide que se tiene que ir y sin más coge sus cosas y se va. Después de eso, hacemos un rato el "mono" ante la asombrada mirada de una pareja sentada en la arena. Conclusión: no soy un mono, soy un pato. Decidimos ir a la ciutadella a ver como se hace realmente la kapoeira para ver si consigo ser más macaco que ánade.

20:00 Llegamos al parque. Hay un largo corredor de paradas de vendedores ambulantes. Huele a un incienso distinto a cada paso que damos. Nos encaprichamos de todos los tipos de artículos que vemos en las paradas pero, son las cosas de la improvisación, no llevamos un duro en los bolsillos. Solo tabaco para saciar las ganas de compra compulsiva. Encontramos un corro en el que hay dos personas "bailando". Nunca lo había visto en directo. Es diferente a como lo imaginaba. Menos acrobático y más trascendental. Parece como si cada movimiento tubiera una explicación y un significado oculto y filosófico detrás. Paseamos y charlamos, charlamos y paseamos. Nos sentamos en una parada en la que hay unas extrañas personas que nos hacen sentarnos para darnos algo de luz cósmica. Me siento delante de una mujer con una expresión de absoluta felicidad perpétua en la cara. Parece como si alguien se la hubiera esculpido, es una sonrisa de una tenacidad imperturbable. El ver esa cara con los ojos cerrados ante mi me da una confianza y un bienestar últimamente desconocidos en mi. Al poco de estar sentado, siento reconocerlo pero me entra bastante sueño a pesar del ruido y de el frío que empeiza a hacer. Necesito levantarme.

21:00 De camino a casa mi cerebro no es capaz de hacer nada más que no sea escuchar y conducir, conducir y escuchar. Lokura llena los silencios que dejo yo abriendo su corazón una vez más para explicarme historias pasadas. Historias ya cicatrizadas que parece que no le hayan dejado explicar nunca antes. Sin duda es una persona fuerte y eso me hace sentir pequeño y protegido a su lado. Me siento orgulloso de tenerla como amiga.

22:00 Llego a casa para irme a dormir pero me lío escribiendo esto.

1:18 Por fin, me voy a dormir.

Mismo relato contado pero más poéticamente, como no, por la bendita cruz de mi cara

Día de músico

Día de músico

Echo de menos los días de concierto. Días en los que lo único que te preocupa es que todo suene bien. Desde la mesa que golpeas compulsivamente debido a los nervios hasta el equipo de sonido que te ha n proporcionado para el concierto. Te levantas, normalmente con resaca de la noche anterior pero no importa, hoy actuas y te sientes especial. Cabilas toda la mañana cómo será la actuación pero no sacas ninguna imagen clara. Intentas repasar las letras y los trozos que, aunque parezca mentira, todavía no tienes claros. A mediodía llamas y recibes llamadas del resto de integrantes del grupo para ir a comer y ir a buscar los trastos al local de ensayo. Comes. Los nervios no te dejan comer mucho, eso sí, bebes y fumas el doble. Larga sobremesa de risas nerviosas, más copas, más tabaco y algún que otro porro. La hora del concierto se va acercando. A media tarde vas al local donde actuarás. Colocas los instrumentos. Los nervios te hacen estar más torpe y no das una ayudando al batería a colocar los "hierros". Se empiezan las pruebas de sonido. Primero la batería. Cada componente de ésta por separado. Es la parte más aburrida. Consiste en que el batería golpee repetitivamente (tac-tac-tac) la caja, después los timbales, el goliath, el bombo y los platos. Empieza a coger forma la cosa cuando, después de unos diez minutos así, le dejan hacer un solo de prueba. El ritmo ya te empieza a invadir, y aunque no estás actuando el hecho de estar en el escenario y oír el sonido de la batería "arrancando" te hace notar el primer cosquilleo de la noche en el estómago. Ahora pruebas con todos, canción de prueba. Empieza la banda. Empiezas a cantar y normalmente no te oyes a ti mismo. Empieza la pelea de cada uno de los integrantes de la banda con el técnico para poder oírse todos. El técnico suda la gota gorda para hacer que todo suene equilibrado en los monitores. Por fin parece que más o menos lo consigue. Así es como se oíra todo dentro, en el escenario. Fuera dependemos de su criterio totalmente. Esperas que sea un buen técnico, sobretodo esperas que tenga buen gusto a la hora de ecualizar el sonido. Ya has probado, te notas bien la voz y los nervios y la excitación aumentan de nivel. No ves la hora de actuar. Te vas a cenar. De nuevo, sigues sin tener hambre así que comes poco, sigues fumando mucho (llevas ya un paquete y todavía no es de noche) y bebes todavía más. Sales del bar y vuelves al local. Ya queda muy poco para tocar. Estás frenético. Además ya ha empezado a llegar la gente. Evidentemente, a estos niveles, los conoces a casi todos. Eso no sabes si te da tranquilidad o te añade presión pero te da igual, el miedo al ridículo siempre lo tendrás y hay que aprender a convivir con él. Esperas...miras el reloj...todavía queda un rato y sigues esperando...saludas a gente. Cada uno a los que te vas encontrando te ofrece un trago de la copa que acaba de pedirse. No puedes con tanto gas, te repite todo el rato y te ves obligado a rechazar cada una de las ofertas. Como consecuencia te hacen la peor pregunta que te pueden hacer en ese momento: Tío, ¿Estás nervioso?. Por muy amigo que sea le pegarías un puñetazo en la boca en ese momento. Aunque fuera por descargar tensión. Ya queda muy poco. Te reunes con el grupo detrás del escenario. Últimos repasos mentales, consignas y arriba...

Ahí llega lo más grande. Estás en el escenario, los colegas se acomodan los respectivos instrumentos y tu vas mirando entre el público, pasando lista, a ver si falta alguien. Parece que ya está todo listo. Las luces se encienden, el batería cuenta: 1,2...1,2,3,4 Y todo empieza. Cierras los ojos. Estás a punto de explotar de la tensión acumulada. Sabes que la irás soltando a medida que cantes y eso te gusta. Empiezas a cantar. Buf, te gusta como suena todo, te gusta ver que el público se lo está pasando bien. Siempre hay un grupito que miran atentos, deben ser de otro grupo y te estarán criticando. Te da igual. En ese momento te sientes lo más importante, no hay nadie de esa sala que no te esté mirando o como mínimo escuchando. Acaba la primera canción, el primer aplauso y con éste el primero de una infinidad de orgasmos que irás "sufriendo" toda la noche. A partir de ahí desaparecen los nervios y simplemente te dedicas a disfrutar. Mientras cantas piensas en la dureza de todos los ensayos hasta llegar ahí. Piensas en el significado de la letra. En la historia que te llevó a escribirla. Realmente no sabes en qué piensas. Solo sientes. Y así hasta que acaba el concierto.

No se si he sido capaz de dar una idea aproximada de lo que se siente mientras se actúa pero es que es una sensación demasiado grande como para encerrarla en simples palabras. ¡¡¡Necesito un concierto ya!!!

Ojos que ven, corazón que se excita

Ojos que ven, corazón que se excita

Primavera. Estación de la vida. Estación en que todo renace para cumplir otro ciclo más. Suben las temperaturas y la luz tiene un color distinto que aviva más los colores que ya de por sí se van tornando más abundantes. Estación de desajustes hormonales, celos, pataletas, extremismos. Estación de intercambio sexual por excelencia en lo que se refiere al mundo de la naturaleza y ahí también entramos nosotros, en particular yo.

Camino por la calle, centro de Barcelona, las ramblas. Mis ojos no hacen más que ver mujeres de todos los colores, tamaños y complexiones. Es extraño, suelo ser bastante selectivo pero hoy me parecen todas, como mínimo, atractivas y apetecibles. Me cruzo con ojos azules, marrones, verdes...pechos grandes y ligeramente caídos, que rebotan entre ellos al andar, pechos pequeños y tiesos, pechos exuberantes, pechos que se identifican como operados a simple vista, pechos que me apuntan directamente a la cara, pechos pesimistas que siempre miran al suelo... culos enormes, pequeños, inexistentes, planos, respingones...hmmmmm y los cuellos con hombros desnudos. ¡Me chiflan los hombros desnudos! Es la época en que se empiezan a ver tirantes y faldas cortas y mi libido empieza a notarlo. Cada paso que doy es una sorpresa, me encuentro con un cuerpo distinto, cada uno con sus particularidades pero todos apetecibles, como he dicho antes. Son encuentros fugaces, de milisegundos, y cada uno de ellos sube un peldaño mi nivel de excitación.

En uno de tantos encuentros mis pupilas advierten una mujer con pelo negro intenso, de caderas poderosas, cintura proporcionada, pechos turgentes y cara fina y delicada aunque con un punto de carisma (sí, lo admito, el orden que siguen mis ojos es ese. Después de todo sigo siendo un hombre, aunque a veces pueda parecer algo más refinado). Al final del recorrido descubro que ella ya me estaba mirando. En un instante nuestras retinas y nuestras discretas y medias sonrisas se han dicho todo lo que se tenían que decir. “Me gustas, te gusto”. Para mi delirio hormonal cuando nos cruzamos los dos giramos la cabeza y seguimos sonriendo. Ninguno de los dos se para.

En ese preciso instante me doy cuenta de que ya es primavera y el corazón me da un salto. Noto que el “radar” vuelve a funcionar. Vuelven a existir las mujeres para mi. Por fin soy un naranjo en flor.

Sueño de una noche de verano

Sueño de una noche de verano

Dos bocas que se encuentran, se tantean y se unen. Dos lenguas que se quieren tocar juguetonas para estremecer cada uno de los poros de sus respectivos cuerpos. Se miran sedientas la una de la otra. Las ganas ceden a la tentación en un instante y comienza el asalto. Inician un baile sensual acompañado de unas manos, las mías, que comienzan un recorrido que une tu cintura, que empieza a abandonarse a mis caderas, con tu nuca, que se relaja y cae hacia atrás sin fuerza. Tanto mi pecho como mi estómago se ven invadidos por una bandada de mariposas que revolotean traviesas ahora ya por todo mi cuerpo. Mi boca se centra ahora en tu cuello, tus manos en mi espalda. Mi pantalón se empieza a volver pequeño y me doy cuenta de que notas la presión. Te acomodas y atraes la presión hacia ti. Me excita tu hilo de voz en medio de cada exhalación. Con una coordinación que podría parecer estudiada me quito la camiseta mientras me desabrochas el primer botón. No dejamos de mirarnos. En este lapso de tiempo nuestros labios creen que llevan ya demasiado separados y se vuelven a encontrar, presos esta vez de una pasión y una lascivia incontroladas. Mi mano derecha busca tu pecho, y el aire que resuena en mis oídos guía mi otra mano a tu entrepierna. El deseo nos sonroja las caras, desabrochas entero el pantalón que cae como si notara que está de más entre nosotros dos. Me llevo tu pecho desnudo a mi boca ávida de afecto. Tus exhalaciones son cada vez más profundas y mi cuerpo late como si todo él estuviera en el epicentro de cada bombeo del corazón. Mis piernas y mi cintura te aprisionan contra la pared y notas mi sexo duro en tu pantalón. Te deshaces de él como quien se deshace de algo que le quema en la piel. Te beso y acerco mi mano a tus pliegues carnosos que se han tornado ciertamente húmedos. Y frotan mis dedos cuidadosamente con tus labios que se muestran generosos. Y me sigues besando interrumpiéndote a cada instante con un entrecortado gemido. Entonces me sorprendes y te arrodillas y, sin que me de tiempo a pestañear estás paseando tu lengua por mi miembro, duro, que late, que te espera. Recorre mi cuerpo un escalofrío más cuando la humedad y el calor de tu boca lo protege. Succionas con más fuerza y te ayudas de las manos. Como sigas así no aguantare un segundo. Te ayudo a levantarte, te doy la vuelta y te apoyas contra la pared. Me esperas dispuesta con tu sexo saludando al mío. Me dispongo a entrar en ti. Con suavidad. Ya nos hemos fundido en un solo cuerpo. Te susurro al oído lo mucho que me excitas y me besas. Ya no somos nosotros los que actúan, son el deseo y la pasión que actúan en nombre de los dos. Se me nubla la vista en cada acometida. Gimes, gimo, gimes, gimo, subimos el ritmo y te cojo con fuerza las caderas con una mano mientras te continuo masturbando con la otra. Y tus piernas flaquean y yo te sostengo pero me temo que no aguantare muchos segundos más. Mis embestidas se hacen más profundas y espasmódicas y he llegado al clímax y tu cara me dice que tu también habías llegado al clímax. Y nos abandonamos al suelo para quedar tendidos yo encima de ti, con mi cabeza recostada en tu regazo. Y nuestras caras se miran relajadas y cómplices y me acaricias el pelo mientras yo toco el tuyo sedoso y ondulado.

Cánticos de sirena

Cánticos de sirena

Sueño...sueño con cánticos de sirena que consiguen traspasar la niebla en la que me veo inmerso. Intento buscar el origen de esos cánticos dando golpes al agua con mi remo pero no consigo abanzar hacia ningún lado. Nada se mueve. Lo que daría por poder ver el cielo y la luna llena en esta claustrofóbica noche oscura...Las voces siguen retumbando en mi cabeza. Me desconcierta el no encontrar el origen. ¿Dónde está? ¡No quiero oírla más! ¡No puedo oírla más si no va a aparecer! Me tapo los oídos con las palmas de las manos recostándome en el bote esperando que las voces cesen y que todo pase. Grita mi nombre con voz lasciva y me invitan a su encuentro, pero ¿como quiere que la satisfaga si no sé dónde está? Me levanto con rabia haciendo que el bote zozobre, me tambaleo y estoy a punto de caer mientras grito al cielo: ¡¿Dónde estás?! ¡¿Dónde tengo que ir?! ¡¿Qué tengo que hacer?! En el instante en que mis ojos empiezan a humedecerse por la tensión acumulada veo a escasos metros un cuerpo que emerge y una cola de pez que se sumerge en la negra agua. Los cánticos ahora crecen en intesnidad. Cojo el remo, remo con todas mis fuerzas hasta el punto donde la he visto. Ya no está. No puede ser, estoy seguro de que estaba aquí. La veo unos metros más allá. Esta vez no lo dudo y me zambullo en el agua nadando a todo lo que me permiten mis brazos, piernas y pulmones. Llego. No está. Cojo aire y buceo y buceo a ciegas. No la veo. Me da igual quedarme sin aire. No me la he imaginado, la he visto...y esos cánticos...tiene que existir. Seguiré bajando hasta que la encuentre. Saldré de mi cuerpo si éste se queda sin vida para encontrarla. Necesito saber de quien provenía esa melodía y lo sabré.

Baraka

Baraka

Baraka: Palabra árabe cuyo significado es suerte.

12 campanadas, 12 pimientos de padrón en vez de 12 uvas. Nuevas tradiciones que intentamos implantar mi hermana y yo. Un pimiento por mes. Si pica ese mes tendrás mala suerte, si no pica a vivir que son 28, 30, o 31 días.

Enero. El pimiento picó, joder que si picó: Tengo una gotera con los vecinos de abajo que me supone pagar 250 eurazos a parte de los días y días de bronca con ellos por el mismo motivo. Me ponen una multa de aparcamiento que me supondrá 90 euros.

Febrero. El puto pimiento tambien picó: Me pego una ostia con el coche por culpa de un jubilao aunque no queda inservible, no el jubilao sino el coche. Pierdo un jersei. Siempre en el último momento, por h o por b, se cancela el primer ensayo del nuevo grupo.

Marzo. El último pimiento que picaba: Después de un mes el coche sigue igual. Las compañías de seguros tardan en ponerse de acuerdo. Lo cojo lo menos posible antes de arreglarlo. De casa al trabajo y del trabajo a casa. El único tornillo que devía haber boca arriba en la red catalana de autopistas lo cojo yo enterito y me pincha la rueda. La reparo y al ponerla otra vez se me rompe uno de los tornillos de sujeción. No puedo usar el coche. A mediados de mes pierdo el móvil.

Abril. El pimiento estaba bueno!!!: El mismo día 1 me sale de la nada un trabajo en el q ganare mucha pasta en poco tiempo. Me darán el coche la semana que viene. O'funk'illo saca disco el día 5 y el sol de primavera me hace feliz.

El resto de meses no me picaron.
A ver si se sigue cumpliendo la profecía todo el año no?

Naranja madura

Naranja madura

Cada vez me doy más cuenta de que esto de hacerse mayor y madurar solo significa pringar currando y pagar cosas (coche y su infinidad de tipos de multas, casa, cursos de cosas, movil, etc, etc, etc, etc, etc...). Por lo demás sigo igual de confundido con respecto a esta vida que cuando tenía quince pero sin granos en la cara.

En lo que llevo de año ya he pagado mi primera reparación de unas cañerías, he pagado mis primeras multas de circulación, mis primeros plazos del coche y es que, ya se sabe, quien paga descansa. Como dicen mis padres...parecía tonto y ya se nos ha hecho mayor...pues si esto es ser mayor prefiero ser tonto.

Tío Chano (Sean Levitt)

Tío Chano (Sean Levitt)

Todo acabó entre vosotros dos cuando yo era demasiado pequeño todavía. De hecho, de tí solo recuerdo unos pantalones a rayas negras y blancas. Eso, tu guitarra, que no querías que nadie tocara nunca y cuatro notas de la canción que me hiciste. Estoy convencido de que ha salido plasmado algún que otro fragmento de la canción en alguna de las cosas que he hecho yo en este tiempo...y cuando me giro te veo tirado en un pasillo de metro, pero no estas ahí en realidad. Estás tocando mi canción mientras me acunas...y con cada nota tocas una parte distinta de mi todavía pequeño corazón...y la guitarra se balancea sobre los pantalones a rayas y unos pálidos brazos transmiten con finura a sus consiguientes manos y dedos el punto exacto que tienen que tocar en mi alma. Y giro la cabeza hacia arriba y veo estrellas y planetas en el techo y me imagino que estoy allí flotando contigo. Vuelvo a girar la cabeza hacia mi izquierda y, entre los barrotes de la cuna, vuelvo a ver tu guitarra. Y tu voz resuena por todo el universo que has creado con tus seis cuerdas. Y quiero cantar y balbuceo, y tu ríes, y sigues cantando y yo, frustrado, grito y pataleo como queriendo crecer veinte años de golpe. Tanta actividad me deja exhausto y acabo durmiendome con los últimos compases que da tu voz. Aunque hayas acabado de cantar y no te haya vuelto a ver desde esto, ésta ha seguido en mi alma hasta estos días y, aunque no la recuerde, estoy seguro de que si oyera cuatro compases podría continuarla porque lo que se queda grabado tan adentro nunca desaparece del todo.

El que fue tu sobrino te sigue queriendo, aún más ahora que se que me cantas y me inspiras desde ahí arriba.

Dos palabras y dormías

Dos palabras y dormías

Ayer, mientras dormías, pasé mucho rato mirándote. Recorría cada milímetro de tu cara con los ojos y cuando acababa volvía a empezar, sin cansarme, sin parar. Las dos horas que pasaron así, sin que pasara nada, me parecieron diez minutos. Podría haber estado así toda la noche y todavía hubiera descubierto cosas nuevas. Se te veía tan plácidamente dormida... A ratos se notaba que estabas soñando, movías la cabeza y un poco la boca como si estuvieras a punto de decir algo. Hubiera dado mi vida por saber qué era lo que ibas a decir. Quiero creer que eran las dos palabras que siempre te he soñado decir, las dos palabras que me nublan la vista cada vez que pienso en ellas. Despertaste un poco. Me dijiste que tenías frío y te puse la manta. Todo ese rato quise tumbarme a tu lado, abrazarte para darte calor y notar tu respiración en mi pecho hasta quedarme yo también dormido. Pero el caso es que no me atreví a hacerlo. Te hubiera llevado demasiadas complicaciones y a mi superar demasiados miedos. Después despertaste del todo y me viste mal. Me preguntaste por qué y mi boca solo te supo responder con un silencio a la vez que mis ojos y mi garganta luchaban por hacerse entender aunque en ningún momento supierion cómo. Ahí se esfumó toda la magia y fue reemplazada por una enorme presion sobre mi pecho y mi estómago. Fue reemplazada también por sonrisas falsas y comentarios estúpidos buscando cualquier atisbo lejano de sonrisa en tu cara. Necesitaba verte así. Necesitaba perderme en aquella boca que enseñaba esos preciosos dientes sin reserba alguna. No me podía permitir estar desnudo en ese momento. Así, sin más, dejé que salieras por la puerta. Dejé, al fin y al cabo, que salieras de mi vida. Desde entonces sigo sentado al otro lado de la puerta esperando a que vengas a buscar las dos palabras que te dejaste.

Inspiración de la música

Inspiración de la música

ring ring

-¿Quién es?
- Soy la inspiración de la música.
- ¿Y tenías que venir precisamente ahora? Estoy en medio de la calle, ahora no puedo estar por ti.
- Bueno, he venido en cuanto he podido. Me surgieron cosas por el camino y no pude llegar antes.
- Ya, mientes. Siempre me haces lo mismo. Dices que vas a venir y apareces cuando a ti te parece. Nunca estás cuando te necesito. Ahora no puedo estar por ti, pásate por el local de ensayo de aquí a media hora. Estaré ensayando.

Media hora después estoy en el local ensayando y la inspiración de la música no llama.

ring ring

-¿Quien es?
- Soy la inspiración de la música. Tenía ganas de verte...
- Joder, te he estado esperando dos horas en el local...
- Ya, es que estaba cansada y no he podido ir.
- Claro, y me has vuelto a dejar tirado.
- ¿Estoy aquí, no?
- Sí pero ahora no me sirves. Yo también tengo otras cosas que hacer
- ¿Que ahora no te sirvo? ¿Qué cosas tienes que hacer?
- Mira, mejor te dejo y hablamos cuando estemos más tranquilos.
- Sí, mejor...

En la cama, intentando dormir...

ring ring

-¿Quien es?
- Soy la inspiración de la música. ¿Qué haces?
- Intento dormir.
- Pero qué borde eres.

ring ring

-¿Quien es?
- Hola inspiración de la música, soy yo. Estoy fatal, necesito que vengas a verme.
- Si ya estoy contigo...siempre he estado contigo

La inspiración de la música es caprichosa y hace siempre lo que quiere. No se le pueden pedir explicaciones porque no se debe a nada ni a nadie. Eso sí, cuando de verdad la necesitamos nos damos cuenta de que en realidad siempre ha estado con nosotros. Nos damos cuenta de que los caprichosos egoistas éramos nosotros. Simplemente no le hemos hecho el hueco suficiente en nuestras agendas para dejarla trabajar.

Tus curbas, seis cuerdas y el alma se me va por los dedos

Tus curbas, seis cuerdas y el alma se me va por los dedos

Pienso en ti. Pienso en cómo será cuando te toque por primera vez. ¿Me aceptarás? ¿Te aceptarán mis manos? Pienso aliviado que por fin podré descargar todo lo que llevo dentro, es tanto que a veces ni siquiera me deja respirar.

Llego al establecimiento con puertas de cristal. Me atiende una señora mayor, muy amable. Le pregunto por la que al final serás tú. Saca unas cuantas. Todas preciosas. No se si voy a saber decidir. "Me gustan todas vuestras curbas, me quedaría con todas a la vez" me digo a mi mismo. Me habla de mejicanas, japonesas, coreanas e inglesas. - La japonesa tiene un previo realmente bueno- me dice. Me acerco, la cojo y al examinarla compruebo que si, el previo tiene que ser muy bueno pero en cabmio tiene un desnudo ciertamente pobre. Examino unas cuantas más, todas de un aspecto excepcional. Un buen tacto y no parecen excesivamente duras, como a mi me gustan pero su precio no me acaba de convencer. Así, como por casualidad, me acerco a una que está sola, sentada de lado. No me mira pero sé que será mía. Le pregunto a la señora por ella. Asiente y sonríe dándome a entender que estoy haciendo una buena elección. La levanta, me la muestra y me acerco.

Eres perfecta aunque no brilles, no lo necesitas. Tú eres más discreta. Te pido que hables, lo haces y tu voz me hace temblar las piernas. Es limpia pero con cuerpo. No es estridente y tiene fuerza. Definitivamente eres perfecta. -Me quedo con esta- le digo a la señora de gesto amable. Me vuelve a dar su aprovación con la mirada. No veo la hora de empezar contigo.

Llego a casa. Todo está como siempre excepto el hecho de que vengo contigo en la mano. Bajo tus cremalleras y te desenfundo. Estás muda y yo impaciente.Te apoyo en mis muslos y empiezas a cantar. Mis manos todavía no están acostumbradas a tu tacto pero te han aceptado y, a juzgar por tu canto, diría que tu tambien las has aceptado. Te exijo más y más y siempre respondes con más voz. Llego al éxtasis y el alma se me va por los dedos.

No sé mentir

No sé mentir

No puedo decirte hola cuando mis ojos te estan diciendo te quiero.
No puedo parecer sereno cuando mi garganta entrecorta mi voz.
No puedo escoger las palabras adecuadas cuando son las palabras las que me escogen a mi.
No soy capaz de filtrar la verdad para usarla a mi manera
NO SE MENTIR

Brújula

Brújula

Cuando busco, no encuentro.
Cuando no busco, encuentro lo que no quiero.
Cuando he aceptado lo que no quería, no he sentido
Cuando he querido sentir no he encontrado lo que buscaba

¿De dónde puedo sacar la brújula necesaria para saber dónde encontrar lo que busco y poder sentir lo que quiero?

Instrumentalizo mi silencio

Instrumentalizo mi silencio

A veces para saber por donde va la gente y, sobretodo, por donde me quiere llevar simplemente tengo que callar y dejar hablar:

Cuanto más me hablas sin saber mi opinión más datos obtengo. El hecho de que responda con silencios te obliga a continuar explicándote. Mi boca cerrada te hace sentir incómodo y hablas y hablas hasta que zás!! te tengo. Te he pillado.

Jej, la has cagado. La has cagado, me he dado cuenta y lo que es peor, te has dado cuenta de que me he dado cuenta. Tu cara lo refleja perfectamente. Miras al suelo buscando el refugio de algo tan anónimo e inofensivo como eso, el suelo. No te tatreves a alzar la vista y mirar a unos ojos, los míos, que te esperan indiferentes. En dos segundos has pasado a ser para mi una fachada, detrás de la que ahora ya sé que no hay nada. Mucha floritura y mucho gorgorito para muy poco contenido... Quería engañarme y me decía a mi mismo que no te conocía lo suficiente pero ahora veo que simplemente no había más de lo que se veía a simple vista. Pensaba que tu pose de estrella era un escudo que sería capaz de romper a base de buena música y buenas canciones. Me han bastado unas simples palabras tuyas para ver que nunca podré deshacerme de tal escudo porque no existe. Eres así y así me lo has demostrado

Me regocijo en mi decepción para contigo. Te he pillado y ya nunca podrás volver a engañarme. Sabes que lo sé y eso te incomoda más aún que mi silencio. Me ha bastado un solo desliz tuyo para saber qué puedo esperar de ti. A lo mejor es un poco perverso, pero eso me hace sentir orgulloso. Cuando alguien me pregunte si te he hechado contestaré que en realidad te echaste tú solito. Cuando me respondan que quizás he sido un poco duro y egoista responderé: -Sí ¿y qué? ¿algún roblema?- Esto me importa demasiado como para no serlo. Quien me quiera ayudar que me ayude pero no pienso tirar de nadie, y menos de alguien que, por lo menos en este aspecto, me ha demostrado con pocas palabras que no vale la pena.

Inestable

Inestable

Hoy estoy cansado, cansado mi cuerpo, cansada mi cabeza, cansadas mis entrañas y cansado mi corazon, cansado de mi mismo. Parece mentira que hace dos días estubiera tan euforico. Definitivamente necesito ayuda, yo no soy así...

La peonza que se parará

La peonza que se parará

Momentos de rabia, momentos de duda. Momentos en los que no se ve el momento de cambiar ese momento. Giras como una peonza, el movimiento te aturde. Pero ese mismo movimiento es el que te mantiene en pie. Sin la fuerza que provoca el giro estarías caído, en reposo pero caído. Sabes que a cada vuelta pierdes fuerza y ves el inevitable final. Lo ves, te vas a caer, lo ves, te vas a caer... Estás cansado de moverte pero tampoco quieres estrellarte. No sabes si parar en seco, cuanto antes, y que todo pase, venga lo que venga después ; o por contra, buscar la cuerda necesaria para volver a darte impulso. No sabes qué es peor, seguir dando vueltas y tumbos o estar amorrado al suelo. ¿Qué hacer?