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Chispa

Chispa

Chispa ¿No os ha pasado nunca que estais haciendo cualquier cosa, lo que sea y de golpe os acordais, sin motivo alguno , de una persona que puede que haga muchísimo que no la veis, que en estos momentos está fuera de vuestras vidas? A mi me pasa a menudo. Depende del momento, la llamo al instante o lo dejo pasar y eso me parece curioso. Todo depende de un instante, de un impulso...como si hubiera una chispa que cuando se enciende hace que el recuerdo de esa persona sea tan fuerte que necesites verla en ese mismo instante. ¿Cuándo y por qué surge esa chispa? No lo sé... ¿Retroceder en el tiempo para corregir errores y retomar otras ramas de las bifurcaciones en el camino? puede que sí...¿Simple añoranza? Quizás...

El caso es que la mayoría de estas veces en que ha surgido el chispazo y he acabado reencontrándome con las personas que necesitaba ver , por algún motivo extraño, el contacto con ellas siempre ha sido frío y decepcionante...normalmente las conversaciones han parecido concursos para ver quien había hecho más cosas, a ver quien había tenido más relaciones, a quién le habían ido mejor en los estudios...en definitiva competiciones que creo que se dan cuando no existe una amistad real. Más que de amistad, siempre se ha tratado de ribales que se han estado midiendo contínuamente y nunca se habían apercibido de ello hasta que ha pasado el tiempo y lo han visto con la distancia necesaria. "Cita" tras "cita" he acabado desengañado de este tipo de encuentros y he acabado siendo reacio a tenerlos. Prefiero guardar el recuerdo que tenía de esas personas en su contexto y su momento.

El otro día, en cambio, re-conocí a una persona que me sorprendió en este aspecto. Después de no haberle contestado algún mensaje por culpa de mi dejadez la encontré en su puesto de trabajo con su sonrisa y sus ojos cálidos de siempre. Quería que se me comiera la tierra, no paraba de pensar en los mensajes que no había contestado...en las veces (que han sido muchas) que se había encendido la chispa y había dejado que se apagase por miedo a la decepción de la que he hablado. Me acerqué y no observé el menor asomo de rencor en sus ojos, cosa que me tranquilizó. Nos hicimos el pequeño resúmen de rigor de nuestras respectivas vidas que todos tenemos preparado por si nos preguntan las dos fatídicas palabras después de tanto tiempo: ¿Que tal?
(yo nunca he tenido este resumen bien preparado. Nunca se si darme por contento con un simple "bien, tirando" o extenderme explicando mis problemas, inseguridades y paranoias varias...en fin) Me sorprendió la naturalidad con la que hablábamos los dos y las ganas que teníamos de volver a vernos. Desde ese día nos hemos visto unas cuantas veces más y en ningún momento me ha defraudado. Siempre como antes de separarnos.

Supongo que es en estas situaciones cuando diferencias con quien tienes una buena amistad de la persona con la que simplemente eres un compañero de circunstancias pasajeras...