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zumodenaranja

Ojos que ven, corazón que se excita

Ojos que ven, corazón que se excita Primavera. Estación de la vida. Estación en que todo renace para cumplir otro ciclo más. Suben las temperaturas y la luz tiene un color distinto que aviva más los colores que ya de por sí se van tornando más abundantes. Estación de desajustes hormonales, celos, pataletas, extremismos. Estación de intercambio sexual por excelencia en lo que se refiere al mundo de la naturaleza y ahí también entramos nosotros, en particular yo.

Camino por la calle, centro de Barcelona, las ramblas. Mis ojos no hacen más que ver mujeres de todos los colores, tamaños y complexiones. Es extraño, suelo ser bastante selectivo pero hoy me parecen todas, como mínimo, atractivas y apetecibles. Me cruzo con ojos azules, marrones, verdes...pechos grandes y ligeramente caídos, que rebotan entre ellos al andar, pechos pequeños y tiesos, pechos exuberantes, pechos que se identifican como operados a simple vista, pechos que me apuntan directamente a la cara, pechos pesimistas que siempre miran al suelo... culos enormes, pequeños, inexistentes, planos, respingones...hmmmmm y los cuellos con hombros desnudos. ¡Me chiflan los hombros desnudos! Es la época en que se empiezan a ver tirantes y faldas cortas y mi libido empieza a notarlo. Cada paso que doy es una sorpresa, me encuentro con un cuerpo distinto, cada uno con sus particularidades pero todos apetecibles, como he dicho antes. Son encuentros fugaces, de milisegundos, y cada uno de ellos sube un peldaño mi nivel de excitación.

En uno de tantos encuentros mis pupilas advierten una mujer con pelo negro intenso, de caderas poderosas, cintura proporcionada, pechos turgentes y cara fina y delicada aunque con un punto de carisma (sí, lo admito, el orden que siguen mis ojos es ese. Después de todo sigo siendo un hombre, aunque a veces pueda parecer algo más refinado). Al final del recorrido descubro que ella ya me estaba mirando. En un instante nuestras retinas y nuestras discretas y medias sonrisas se han dicho todo lo que se tenían que decir. “Me gustas, te gusto”. Para mi delirio hormonal cuando nos cruzamos los dos giramos la cabeza y seguimos sonriendo. Ninguno de los dos se para.

En ese preciso instante me doy cuenta de que ya es primavera y el corazón me da un salto. Noto que el “radar” vuelve a funcionar. Vuelven a existir las mujeres para mi. Por fin soy un naranjo en flor.

3 comentarios

NaeGLeRia -

Felicidades por responder. Queda todavía mucha primavera por delante y mucho onanismo al que animar.
Esta primavera vas a romper muchos corazones!... o... entrepiernas?

hatie -

cuando el cuerpo responde a estimulos, todo va bien. hay vida. aunque vuelvas todos los dias con humedad en los bajos a casa.
los periodos ameboides en los que no hay nada que cambie lo anodino provocan tendencias suicidas. Sino que se lo digan a Veronika.

lokura -

Como diria fito despues de un mal invierno, una mala primavera... pero primavera al fin y al cabo.
Como diria sabina... quien me ha robado el mes de abril.. en el que me e enamorado... que digo yo que abril es un buen mes para enamorarse, aunque sea en milisegundos, besos naranjo